Ignacio Manuel Altamirano

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Ignacio Manuel Altamirano

(1834-1893) México

Foto: Biblioteca de las Artes, Centro Nacional de las Artes del Conaculta


Nace en 1834 en Tixtla, estado de Guerrero, México, en el seno de una familia indígena que tomó sus apellidos de colonos españoles. Altamirano es considerado uno de los pioneros de la literatura propiamente mexicana. A su novela Clemencia (en nuestra Colección 800), un texto clave en la narrativa latinoamericana del siglo XIX, sumó además su labor periodística, poética, de ensayo y de ideólogo de la república.

Altamirano, criado en un entorno casi completamente indígena, comienza su aprendizaje del español apenas a los 14 años. En 1849 recibe una beca para educarse en el Instituto Literario de Toluca, donde permanece hasta 1852. Se une a los revolucionarios de Ayutla en la lucha contra la criticada dictadura del general Antonio López de Santa Anna –apoyado por los conservadores–. Se instala en Ciudad de México en 1856 para estudiar leyes en el Colegio de San Juan de Letrán, sin duda la época más crucial del quehacer literario en su juventud.

Toma parte en las disputas políticas de la época contra los conservadores. Contrae matrimonio en mayo de 1859 con Margarita Pérez Gavilán y una vez restablecida la república se desempeña como funcionario público, en cargos como el de magistrado y presidente de la Suprema Corte de Justicia, entre otros. En 1869 funda El Renacimiento, publicación que marca un punto de inflexión en el devenir intelectual de la historia de la literatura y el arte mexicanos. La revista, profundamente renovadora y democratizante, se constituye en un hito de la cultura de la época por cuanto intentó darle un lugar preponderante a la actividad artística abierta e incluyente.

Paralelo a ello, se dedica a trabajar en su propia escritura; en estos años escribe y publica su trabajo de más largo aliento, Clemencia, en 1869, y varios de los relatos de Cuentos de Invierno. Sin embargo, ya entrada la década del 70, Altamirano comienza a confesarse cansado del entorno que lo rodea, pierde la fe en proyecto político por el que luchó fervientemente y su vida misma la siente cargada de fastidio.

Sale del país en 1889 cuando es designado cónsul en Barcelona y luego en París. No obstante, contrae una especie de cólera. Muere en San Remo, Italia, el 13 de febrero de 1893.

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